El Renewable Fuel Standard (RFS) sigue evolucionando, y con cada cambio surgen nuevos retos de cumplimiento -y nuevas oportunidades- para los productores de etanol. Aunque la RFS se diseñó originalmente para garantizar una mayor adopción de combustibles renovables, sus últimas actualizaciones reflejan un panorama mucho más amplio: la lucha contra el cambio climático y el impulso hacia un futuro energético limpio y con bajas emisiones de carbono.
El núcleo de estas actualizaciones es una mayor atención a la intensidad de carbono (IC), una medida de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) producidas a lo largo de todo el ciclo de vida de la producción de combustible. Para los productores de etanol, esto significa que el éxito ya no se mide sólo por galones. La verdadera pregunta hoy es: ¿Cuál es su intensidad de carbono?
¿Qué es la intensidad de carbono?
Una puntuación de intensidad de carbono mide la cantidad total de gases de efecto invernadero liberados durante la producción, distribución y uso de un combustible. Esto incluye el dióxido de carbono (CO₂), el óxido nitroso (N₂O) y otras emisiones generadas a lo largo de toda la cadena de suministro.
En el caso del etanol, la puntuación de la intensidad de carbono tiene en cuenta:
- Elección de la materia prima (maíz, cultivos o biomasa alternativa).
- Combustibles fósiles utilizados para el funcionamiento de las centrales.
- Eficiencia energética en sistemas como la destilación, la deshidratación y la evaporación.
- Logística de transporte y distribución.
El IC se mide en gramos de CO₂ equivalente por megajulio de energía (gCO₂e/MJ). Los programas reguladores como el LCFS (Low Carbon Fuel Standard) de California y el Clean Fuel Regulations (CFR) de Canadá se basan en calculadoras de IC para determinar si los combustibles cumplen los requisitos para obtener créditos y acceder al mercado.
En términos sencillos: su puntuación CI refleja su huella de carbono por unidad de energía.
¿Cómo se calcula la intensidad de carbono?
Aunque cada programa tiene normas ligeramente diferentes, el cálculo general de la puntuación de la intensidad de carbono sigue un análisis del ciclo de vida (ACV). Este enfoque "del pozo a la rueda" tiene en cuenta:
- Producción de cultivos - El maíz u otras materias primas requieren fertilizantes, uso de la tierra e insumos energéticos. La aplicación de fertilizantes, en particular, libera óxido nitroso, un potente gas de efecto invernadero.
- Transporte - Trasladar los cultivos y el etanol implica emisiones de gasóleo y otros combustibles fósiles.
- Operaciones de la planta - El uso de energía durante la destilación y el secado suele ser el mayor contribuyente a la IC.
- Coproductos y créditos - Los subproductos, como los granos de destilería, pueden compensar algunas emisiones en la calculadora de IC.
Para los productores, saber cómo calcular la puntuación de la intensidad de carbono es fundamental, ya que pequeños cambios en la eficiencia, el abastecimiento energético o la gestión de los cultivos pueden cambiar los resultados de la IC y, por tanto, el cumplimiento y la rentabilidad.
¿Qué es un buen índice de intensidad de carbono?
Entonces, ¿cuál es una buena puntuación de intensidad de carbono? Depende del programa al que te dirijas.
- Según la LCFS de California, la gasolina tiene un IC de referencia de unos 100 gCO₂e/MJ. El etanol debe situarse muy por debajo de esa cifra para generar créditos valiosos.
- El etanol de maíz puede variar mucho, con puntuaciones CI que suelen oscilar entre 50 y 70 gCO₂e/MJ en función del diseño de la planta, los insumos energéticos y el origen de la materia prima.
- Cuanto más bajo sea el IC, mayor será el acceso a créditos fiscales, incentivos y mercados de primas.
Las plantas que consiguen reducciones constantes de la IC son más competitivas, más rentables y están mejor alineadas con los objetivos de sostenibilidad a largo plazo.
Por qué importa ahora la intensidad de carbono
Las tendencias políticas dejan clara una cosa: la reducción del carbono no es opcional. Con el sector del transporte sometido a una presión cada vez mayor para reducir las emisiones, los productores de etanol deben adaptarse.
La reducción de la IC afecta a casi todos los aspectos de la actividad de una planta:
- Cumplimiento - Cumplimiento de los requisitos cambiantes del RFS, LCFS y CFR.
- Rentabilidad - Los galones de bajo IC pueden beneficiarse de precios más elevados y créditos fiscales.
- Sostenibilidad - La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero refuerza el papel del etanol en la transición hacia una energía limpia.
- A prueba de futuro: la normativa será cada vez más estricta y los pioneros obtendrán ventajas a largo plazo.
En resumen, la IC ya no es sólo una medida medioambiental: es una puntuación competitiva.
Intensidad de carbono y etanol de maíz
El maíz sigue siendo la materia prima dominante para la producción de etanol en Estados Unidos, pero su puntuación CI depende en gran medida de las prácticas agrícolas y de la eficiencia de las plantas.
- El uso de fertilizantes y la gestión del suelo repercuten directamente en las emisiones de óxido nitroso.
- El transporte de los cultivos añade carbono relacionado con el combustible.
- El consumo de energía en el proceso de destilación suele ser el principal factor de la IC.
Sin embargo, con una mayor eficiencia energética y la optimización de los procesos, el etanol de maíz puede lograr importantes reducciones de IC, lo que lo convierte en un fuerte competidor en los mercados de bajas emisiones de carbono. am trabaja en estrecha colaboración con los clientes para garantizar un servicio receptivo, una rápida resolución de problemas y el éxito operativo a largo plazo.
La ventaja NEXT: Menor IC sin perder rendimiento
Aquí es donde NEXT de RCM Thermal Kinetics de RCM Thermal Kinetics. NEXT se desarrolló para ayudar a las plantas de etanol no solo a cumplir los requisitos, sino también a prosperar en la nueva economía de bajas emisiones de carbono.
NEXT actualiza las fases de producción de etanol que consumen más energía -destilación, deshidratación y evaporación (DD&E)-, proporcionando:
- Mejora de la eficiencia de los procesos: la racionalización de DD&E reduce la demanda de vapor, lo que disminuye el uso de combustibles fósiles y la IC global.
- Flexibilidad de la fuente de energía: al reducirse las necesidades de vapor, las plantas pueden optar por fuentes de calor más limpias.
- Recuperación de agua y calor: captura el calor y el agua residuales, reduciendo aún más las pérdidas de energía y las emisiones de gases de efecto invernadero.
- Aumento de la capacidad: a diferencia de muchas reconversiones, NEXT permite a las plantas aumentar el rendimiento a la vez que reducen las puntuaciones CI.
Este enfoque transforma el cumplimiento de la intensidad de carbono de una carga a una oportunidad de generar beneficios.
De la conformidad a la ventaja competitiva
Integrar NEXT en las operaciones de su planta ofrece múltiples ventajas:
- Cumplir las cambiantes normas sobre IC del RFS, el LCFS y el CFR de Canadá.
- Generar valiosos créditos a través de puntuaciones CI más bajas.
- Reducir los gases de efecto invernadero, incluidos el CO₂ y el N₂O, en todo el ciclo de vida del etanol.
- Reforzar el perfil de sostenibilidad para atraer a inversores y compradores centrados en objetivos ASG.
- Aumentar los márgenes produciendo más galones de etanol con menos emisiones.
NEXT posiciona las plantas no sólo para las necesidades actuales de cumplimiento de la normativa, sino también para las oportunidades del mañana en combustible de aviación sostenible (SAF), hidrógeno limpio y mercados renovables más amplios.
La IC, la energía limpia y el panorama general
El impulso hacia la reducción de la IC es más que un cambio político: forma parte de la respuesta global al cambio climático. Cada tonelada de dióxido de carbono evitada acerca al sector del transporte al objetivo de cero emisiones netas. El etanol, que antes se juzgaba únicamente por su capacidad para sustituir al petróleo, es ahora una vía probada hacia los combustibles sostenibles y bajos en carbono.
Al abordar la cuestión de la IC en las plantas, los productores contribuyen a reducir la huella de carbono global de la cadena de suministro de combustible. Y con una mayor demanda pública de energía limpia, cada mejora de la IC refuerza el papel a largo plazo del etanol en una economía descarbonizada.
Lo esencial
Para cumplir las nuevas normas del RFS no basta con alcanzar los objetivos de volumen. El futuro del etanol pasa por producir un combustible más inteligente y sostenible que reduzcala IC y aumente la eficiencia y la rentabilidad.
NEXT faculta a los productores de etanol para:
- Comprender y mejorar el cálculo de su puntuación de intensidad de carbono.
- Competir en los mercados de primera calidad obteniendo buenas puntuaciones de intensidad de carbono.
- Aprovechar las calculadoras de IC y los programas de cumplimiento como el LCFS de California.
- Reducir las emisiones de dióxido de carbono, óxido nitroso y otros gases de efecto invernadero.
- Reducir la dependencia de los combustibles fósiles mediante la mejora de la eficiencia energética.
- Fomentar la resistencia y la rentabilidad a largo plazo en la transición hacia una energía limpia.
No se limite a adaptarse a las nuevas normas, utilícelasen su beneficio. Hable hoy mismo con nuestros ingenieros expertos para programar una evaluación del emplazamiento y ver cómo NEXT puede ofrecer reducciones cuantificables en las puntuaciones de intensidad de carbono, un cumplimiento más estricto y una mayor rentabilidad para su planta de etanol.